Nativo de Asia Central, fue introducido en Europa a finales de la Edad Media y se consumía en forma de licor. Con origen francés, ha sido certificado por su calidad y sabor. El estragón, cuyo aroma sutil ofrece un ligero amargor ligeramente picante con un toque de anís estrellado, se utiliza en la preparación de muchas salsas, desde la famosa béarnaise, ravigote, hasta gribiche. Su sabor realza las carnes blancas y el pescado al vapor.